Este es el primer artículo que
escribo para el Blog del Deporte Esp, y me gustaría que sobre todo sirviera
para hacernos reflexionar.
Parece que cuando se habla de
fútbol y de otros deportes, sólo estuviéramos haciéndolo de pasión, de
espectáculo, de emociones, de aspectos que sobre todo tienen que ver con el
corazón y con las emociones. Pero nada más lejos de la realidad. El deporte es uno
de los grandes sectores de la economía que por ahora, parece tener mejor salud
que muchos otros. Hablar de deporte, es hablar de dinero. Puede parecer un
análisis frío, pero es que dejando las pasiones a un lado, esta es la más
grande de las realidades. Ser aficionado de un club, independientemente del
deporte del que hablemos, es un sentimiento, pero para que los clubes existan,
la maquinaria económica debe de funcionar. Al fin y al cabo, los equipos no
dejan de ser empresas, y deben ser gestionados como tal, aplicando criterios de
racionalidad y por supuesto, si quieren convertirse en algo grande, es
necesario que realicen una buena planificación estratégica, lo que supone
pensar en el largo plazo. Esta es la única manera de asegurar la existencia de
una empresa, y exactamente lo mismo pasa con los equipos deportivos.
Como empresas que son, deben
contar con un arma fundamental de competición en el mercado, en este caso en el
de los corazones de los consumidores/seguidores y por supuesto en el suculento
de patrocinadores, anunciantes e inversores. ¿Y cuál es esa arma fundamental?
Pues no es otra que la marca. La marca es el activo intangible más potente con
el que cuenta una empresa, y en el mundo del deporte, por supuesto no es
diferente. La movilización que produce en cualquier lugar del mundo,
simplemente oír “Real Madrid” o “Fútbol Club Barcelona”, incluso en países de
lenguas, para los que estos nombres son prácticamente impronunciables, es claro
ejemplo de lo que comento. He tenido ocasión, de vivir hace unos años, primero
en Irlanda y un par de años después en Nueva York, uno de los cientos de
“partidos del siglo”, entre estas dos marcas, Real Madrid y Barcelona. Tengo
que reconocer que el nivel de movilización ante estos enfrentamientos, con anuncios
en prensa, en “pubes” y en restaurantes, grupos de amigos que se reunían para
verlo, ¡ojo! sin ser nadie español, me llenó de orgullo patrio, pero también me
hizo reflexionar acerca del poderío económico que esto supone para los
clubes-empresas.
Pese a saber de la importancia de
este activo, leer el informe de la Revista Forbes, acerca de la valoración
económica de las marcas deportivas, me sorprendió gratamente, ya que entre las
10 más valiosas del mundo aparecen dos españolas. La marca Real Madrid, según
esta prestigiosa revista, es la tercera con más valor, concretamente 198
millones de euros (recordaré que hablamos de un intangible, y que sólo tienen
en cuenta la marca, no las posesiones o
activos físicos del club que la posee), sólo superada por el equipo de béisbol
de Los Yankees de New York, (255 millones de euros) y por el todopoderoso
Manchester United (201 millones de euros), del vecino Reino Unido. La otra gran
marca del deporte español, me refiero, lógicamente al Fútbol Club Barcelona,
aparece en séptimo lugar con una valoración de 129 millones de euros.
Muy buena entrada para ser la primera, sigo el blog desde hace tiempo y tu primera entrada es muy buena.
ResponderEliminarPués a mi me a parecido una entrada q francamente no viene al tema del deporte.
ResponderEliminarEl deporte es una cosa y la economía otra.
Tampoco hacen falta tantas líneas para decir q se gana muxo dinero.